MEDITACIÓN EN LA MADRE.
Postura:
Se puede practicar de pie, sentado en una silla (sin apoyar la espalda), arrodillado o en flor de loto.
Cerramos los ojos y juntamos las manos. Pedimos por la Luz del Amor del Cielo, qué traiga a nuestra Madre Tierra y a todos los seres mucha paz, armonía, salud y el amor incondicional.
Con los ojos cerrados, cabeza ligeramente hacia atrás. Sonreímos.
Extendemos los brazos con las palmas hacia arriba. Si nos cansamos, se pueden bajar los brazos durante unos momentos y volverlos a subir sin parar la práctica.
Cerramos los ojos y juntamos las manos. Pedimos por la Luz del Amor del Cielo, qué traiga a nuestra Madre Tierra y a todos los seres mucha paz, armonía, salud y el amor incondicional.
Con los ojos cerrados, cabeza ligeramente hacia atrás. Sonreímos.
Extendemos los brazos con las palmas hacia arriba. Si nos cansamos, se pueden bajar los brazos durante unos momentos y volverlos a subir sin parar la práctica.
Práctica:
Pedimos a Madre María que nos ayude a abrir nuestro corazón.
Imaginamos como el corazón se abre 360º y como nuestro corazón se hace cada vez más grande para incluir a todo el mundo. Cuánto más abierto esté nuestro corazón, más Amor del Cielo podrémos recibir. El Amor del Cielo es incondicional. Deseamos sinceramente que nuestro amor también sea cada vez más incondicional. Enviamos nuestro amor a la Tierra, a todos los seres.
Todo los humanos juntos formamos un solo corazón. Nuestro corazón y el corazón de la Tierra es ahora un solo corazón, lleno de amor. Amamos a la Madre Tierra, como amamos a nosotros mismos. Deseamos que todos los seres, humanos, plantas y animales, convivan en la Tierra en paz con tolerancia, armonía y amor.
Tenemos sólo una religión – el amor, sólo un lenguaje – el del corazón.
Tú estás en mi, yo estoy en ti, somos uno, de corazón a corazón, de alma a alma. Somos uno.
Nuestro amor y el amor del Cielo son uno.
Imaginamos como el corazón se abre 360º y como nuestro corazón se hace cada vez más grande para incluir a todo el mundo. Cuánto más abierto esté nuestro corazón, más Amor del Cielo podrémos recibir. El Amor del Cielo es incondicional. Deseamos sinceramente que nuestro amor también sea cada vez más incondicional. Enviamos nuestro amor a la Tierra, a todos los seres.
Todo los humanos juntos formamos un solo corazón. Nuestro corazón y el corazón de la Tierra es ahora un solo corazón, lleno de amor. Amamos a la Madre Tierra, como amamos a nosotros mismos. Deseamos que todos los seres, humanos, plantas y animales, convivan en la Tierra en paz con tolerancia, armonía y amor.
Tenemos sólo una religión – el amor, sólo un lenguaje – el del corazón.
Tú estás en mi, yo estoy en ti, somos uno, de corazón a corazón, de alma a alma. Somos uno.
Nuestro amor y el amor del Cielo son uno.
Cierre de la práctica:
Vea el cierre de la “Pagoda Celestial”.
Para terminar llevamos las palmas de las manos juntas delante del pecho y damos las gracias al Cielo, a la Tierra y a todos los seres.
Para terminar llevamos las palmas de las manos juntas delante del pecho y damos las gracias al Cielo, a la Tierra y a todos los seres.
Camino de la paz del cielo
Fortalece tanto la conexión directa con el universo, así como el Tian Gong, que sirve como un puente para las energías cósmicas
Preparación
Posturas: de pie, andando, de rodillas, sentado sobre los tobillos, sentado en una silla, en postura de loto ( o simplemente con las piernas cruzadas), o tumbado
Manifestando: la intención específica de Tian Gong es conectar con la Luz del Amor del Cielo, deseando que traiga paz, armonía, salud y amor a toda la Humanidad y a todos los seres.
Método de práctica
Separamos los pies a la altura de los hombros, los pies deben estar paralelos o ligeramente hacia fuera. Las manos a ambos lados del cuerpo. El cuerpo relajado.
Los ojos están abiertos. Dibuja una sonrisa en tu cara. La mente está serena, en calma, relajada. Pide que la Luz del Amor del Cielo traiga a nuestra Madre Tierra y a toda la Humanidad mucha paz, armonía, salud y amor.
Puedes practicar de pie, caminando, sentado, de rodillas o tumbado.
Lleva las palmas de las manos delante del pecho, con los dedos apuntando hacia arriba. Prepárate para empezar la práctica con una sonrisa y con alegría.
Los ojos están abiertos. Dibuja una sonrisa en tu cara. La mente está serena, en calma, relajada. Pide que la Luz del Amor del Cielo traiga a nuestra Madre Tierra y a toda la Humanidad mucha paz, armonía, salud y amor.
Puedes practicar de pie, caminando, sentado, de rodillas o tumbado.
Lleva las palmas de las manos delante del pecho, con los dedos apuntando hacia arriba. Prepárate para empezar la práctica con una sonrisa y con alegría.
»Escuchando la Campana Celestial«
Colocamos las palmas de nuestras manos herméticamente sobre nuestras orejas y golpeamos la parte posterior de nuestra cabeza ligeramente 9 veces. Sentiremos un sonido de “dong-dong”. Es como escuchar la “campana celestial”. Después de esto separamos las manos de nuestras orejas rápidamente, de forma que las orejas resuenen. Lo repetimos durante 3 veces. Si se practica tumbado, no hace falta que golpeemos la parte posterior de la cabeza.
Para terminar, llevamos las palmas de las manos juntas frente al pecho.
Para terminar, llevamos las palmas de las manos juntas frente al pecho.
»Subiendo por la Escalera Celestial« (aprox. 5 minutos)
Súbe las manos a la altura de los hombros y bájalas a ambos lados del cuerpo. Llegando a bajo, abrelas de forma natural. De nuevo sube las manos hasta la altura de los hombros, ciérralas y bájalas a ambos lados del cuerpo, como si hubiera una escalera de cuerda delante y las manos como si estuvieras agarrando el pasamanos de la escalera, subiendo. Puedes cambiar las manos de lado si quieres. Con las manos ya en movimiento, podemos pasear de forma pausada o quedarnos quietos.
Para terminar, llevamos las palmas de las manos juntas frente al pecho.
Para terminar, llevamos las palmas de las manos juntas frente al pecho.
»Entrando por la Puerta Celestial« (aprox. 5 min)
Juntamos las manos delante del pecho con las palmas mirando hacia fuera con los dedos rectos hacia arriba, hacia el cielo, y los brazos doblados. En esta posición movemos las manos levemente en círculos en la misma dirección delante del pecho, con un ritmo moderado o suave. Después de hacer varios círculos, los cambiamos en la dirección opuesta. La dirección puede cambiarse de vez en cuando. El tamaño de los círculos no importa, aunque no deberían ser demasiado grandes. Puedes seguir paseando si lo deseas.
Para cerrar, llevamos nuestras palmas juntas delante del pecho.
Para cerrar, llevamos nuestras palmas juntas delante del pecho.
Oliendo la Fragancia Celestial (aprox. 5 minutos)
Con las palmas de las manos una frente a otra, las colocamos a ambos lados de la nariz. Pcon el dedo índice el punto de acupuntura Ying Siang Xue. A continuación, gradualmente, acercamos y separamos las manos, haciendo un movimiento como si oliéramos un perfume o fragancia. Continua moviéndolas a un ritmo lento o moderado. Los movimientos pueden ser grandes o pequeños, siempre que las palmas de las manos estén una frente a otra. Puedes seguir paseando si lo deseas.
Para terminar, llevamos las palmas de las manos juntas frente al pecho.
Para terminar, llevamos las palmas de las manos juntas frente al pecho.
Inmersión en »la Lluvia Celestial« (aprox. 5 minutos)
En este ejercicio sientes como si tu cuerpo entero y tu alma están bajo una agradable ducha o lluvia, que impregna todo el firmamento y está limpiando tu cuerpo y tu alma. Te sientes relajado y contento.
Esta sección consta de tres pasos:
Esta sección consta de tres pasos:
Primer paso:
Deja que tus brazos y manos caigan de forma natural, con las palmas de las manos orientadas hacia los muslos y sacudiendo los dedos ligeramente al lado. Puedes seguir paseando si lo deseas.
Deja que tus brazos y manos caigan de forma natural, con las palmas de las manos orientadas hacia los muslos y sacudiendo los dedos ligeramente al lado. Puedes seguir paseando si lo deseas.
Segundo paso:
Con los brazos estirados a la altura de los hombros, las palmas inclinadas hacia arriba, sacudimos los dedos ligeramente como para ir al encuentro de la lluvia. Los brazos pueden moverse libremente como bailando o permanecer quietos. La cabeza puede mirar hacia arriba, hacia el cielo. Mientras las palmas de las manos se abren y se extienden para recibir la lluvia, puedes seguir paseando si lo deseas.
Con los brazos estirados a la altura de los hombros, las palmas inclinadas hacia arriba, sacudimos los dedos ligeramente como para ir al encuentro de la lluvia. Los brazos pueden moverse libremente como bailando o permanecer quietos. La cabeza puede mirar hacia arriba, hacia el cielo. Mientras las palmas de las manos se abren y se extienden para recibir la lluvia, puedes seguir paseando si lo deseas.
Tercer paso:
Las manos, alternándose, hacen un movimiento de acariciar suavemente los brazos desde arriba hasta abajo, pero sin tocar la piel. La mano izquierda acaricia el brazo derecho y la mano derecha acaricia el brazo izquierdo. Cuando acariciamos, los dedos pueden sacudirse levemente.
Entonces, las dos manos juntas acarician la parte superior del cuerpo. Es como si estuviéramos frotándonos después de haber recibido una ducha, usando la poderosa energía del Amor Divino. El movimiento debería ser animado y suave. En esta práctica de la inmersión en la Lluvia Celestial, las manos y los pies se coordinan también para reflejar la gracia y el espíritu desenfadado. Sientes un gran bienestar en tu cuerpo.
Los pasos 1º, 2º y 3º pueden hacerse en este orden o pueden hacerse repetidamente en cualquier otro orden. Mientras mueves las manos, puedes seguir paseando si lo deseas.
Para cerrar llevamos nuestras manos juntas delante del pecho.
Las manos, alternándose, hacen un movimiento de acariciar suavemente los brazos desde arriba hasta abajo, pero sin tocar la piel. La mano izquierda acaricia el brazo derecho y la mano derecha acaricia el brazo izquierdo. Cuando acariciamos, los dedos pueden sacudirse levemente.
Entonces, las dos manos juntas acarician la parte superior del cuerpo. Es como si estuviéramos frotándonos después de haber recibido una ducha, usando la poderosa energía del Amor Divino. El movimiento debería ser animado y suave. En esta práctica de la inmersión en la Lluvia Celestial, las manos y los pies se coordinan también para reflejar la gracia y el espíritu desenfadado. Sientes un gran bienestar en tu cuerpo.
Los pasos 1º, 2º y 3º pueden hacerse en este orden o pueden hacerse repetidamente en cualquier otro orden. Mientras mueves las manos, puedes seguir paseando si lo deseas.
Para cerrar llevamos nuestras manos juntas delante del pecho.
Cierre de la práctica
Colocamos nuestras manos sobre el ombligo, las mujeres, la mano derecha por debajo y la izquierda para los hombres. Masajeamos el Dan Tian (la zona inferior del abdomen, 1” o 2” debajo del ombligo), moviendo nueve veces las manos en dirección de las agujas del reloj, y nueve veces en la dirección contraria.
Después de masajear el Dan Tian, calentamos las manos, frotándolas juntas, y “lavamos” la cara: con ambas manos mediante círculos que se inician en la barbilla en dirección ascendente por la parte externa de la cara hasta que los dedos rozan la frente y descendemos por el centro de la cara hacia la barbilla repitiendo este movimiento 18 veces.
Entonces, da golpecitos suaves en los dientes 36 veces.
Para terminar llevamos las palmas de las manos juntas delante del pecho y damos las gracias al Cielo, a la Tierra y a todos los seres.
Entonces, da golpecitos suaves en los dientes 36 veces.
Para terminar llevamos las palmas de las manos juntas delante del pecho y damos las gracias al Cielo, a la Tierra y a todos los seres.
Observaciones:
Cuando realices estos ejercicios, evita cerrar los ojos, entrar en un estado de meditación, pensar en tus enfermedades o realizar movimientos espontáneos. Respira de forma natural. Uno puede practicar en casa, mientras viaja, antes o después de comer o durante un paseo.
Uno puede practicar mientras ve la televisión o moviendo suavemente el cuerpo como si bailáramos, siempre que la postura básica de práctica permanezca intacta.
Durante la práctica uno puede contestar al teléfono primero y hacer los ejercicios de cierre después o continuar la práctica después de hablar.
Los movimientos deberían ser tan lentos, suaves, naturales y elegantes como fuera posible. El número, medida y vigor de los movimientos debe ajustarse a la fuerza y a las condiciones de salud individuales, y cómo de cómodos y relajados nos sintamos después de la práctica. Si te cansas durante la práctica, descansa unos minutos y continúa después. Practica cada vez aproximadamente durante 30 minutos. Si no tienes tiempo suficiente o un lugar adecuado para practicar, utiliza el tiempo y lugar del que dispongas, ya sea cinco, diez o veinte minutos. Puedes elegir algunos ejercicios o acortar el tiempo de todos ellos.
Los efectos pueden potenciarse si se practica en grupo. Si es posible, se anima a practicar a toda la familia junta o con tu pareja o con la gente que vive contigo. Puedes practicar con una música suave que te guste.
Cuando se practica la sección 5- Oliendo la fragancia celestial-, algunas personas puede que huelan diversos aromas. Al practicar otras secciones, puede que se abra el tercer ojo de algunos estudiantes y puedan ver algunos fenómenos tales como la Escalera Celestial, la Puerta Celestial, el Puente Celestial o la Lluvia Celestial. Puede ser que algunas personas oigan sonidos al “oir la Campana Celestial”. Uno puede sentir que se hace más intensa la sensación de energía en sus manos. Todo lo indicado y mucho más puede pasar durante la práctica. Esto indica que la energía vital en ti se está activando y aumentando. Por consecuencia se pueden regular diversas disarmonías en el cuerpo.
Se puede aprender Tong Tian Gong en una hora y se puede enseñar a otros inmediatamente. Ayudar a los otros al enseñar esta práctica es un medio muy efectivo de alimentar y cultivar nuestra virtud y expandir la energía del amor.
Práctica de la cruz
Posición:
- Puedes practicar sentado en una silla (sin apoyar la espalda), de rodillas (así tendrá mayor efecto), sentado en posición de loto o sentado sobre los tobillos). En ningún efecto se practica acostado.
Relajamos el cuerpo, cerramos ligeramente los ojos. Colocamos las palmas de las manos delante del pecho, con los dedos hacia arriba. Pedimos por la Luz del Amor del Cielo, qué le traiga a todos los seres y a toda la Tierra mucha salud, paz, armonía y amor.
Cruzamos a continuación los brazos delante del pecho, los hombres con el brazo izquierdo debajo, las mujeres con el brazo derecho. El mentón baja ligeramente hacia el pecho en actitud y sentimiento de humildad, gratitud, sinceridad, autorreflexión y arrepentimiento.Tiempo aproximado: principiantes de 5 a 15 minutos,
avanzados hasta a 30 minutos, aunque es variable, según lo que nos dicte nuestro corazón.
Frecuencia: En general, una vez al día, para limpiar el alma, pues nuestros actos, pensamientos, palabras e incluso omisiones nos perjudican.Sugerencia:En caso de recordar alguna situación en la que hemos actuado o pensado mal, pedimos perdón sinceramente, tratando de que no vuelva a suceder. Si queremos mejorar nuestras relaciones con los demás, nos imaginamos que tenemos a la persona en cuestión frente a nosotros y le pedimos perdón para regular nuestras relaciones.
No importa lo que haya ocurrido. Es posible sanarlo de esta forma.
Se combina con el Lenguaje del Alma, si lo has aprendido.Aquellas personas propensas a la autoinculpación o depresión, no deberían practicar el auto-examen y el arrepentimiento. En su lugar, deben prepararse para recibir la Luz del Amor del Cielo para sanar las heridas del su corazón y mandan amor y consuelo a su corazón.Cierre de la práctica:Colocamos nuestras manos sobre el ombligo, las mujeres, la mano derecha por debajo y la izquierda para los hombres. Masajeamos el Dan Tian, moviendo nueve veces las manos en dirección de las agujas del reloj, y nueve veces en la dirección contraria. Abrimos los ojos.
Después de masajear el Dan Tian, calentamos las manos, frotándolas juntas, y “lavamos” la cara: con ambas manos mediante círculos que se inician en la barbilla en dirección ascendente por la parte externa de la cara hasta que los dedos rozan la frente y descendemos por el centro de la cara hacia la barbilla repitiendo este movimiento 18 veces.
Entonces, da golpecitos suaves en los dientes 36 veces.
Para terminar llevamos las palmas de las manos juntas delante del pecho y damos las gracias al Cielo, a la Tierra y a todos los seres. - La pagoda celestial
- Posición
- Se puede practicar de pie, sentado en una silla (sin apoyar la espalda), arrodillado o en flor de loto.
Cerramos los ojos y juntamos las manos. Pedimos por la Luz del Amor del Cielo, qué traiga a nuestra Madre Tierra y a todos los seres mucha paz, armonía, salud y amor.El dedo pulgar de la mano derecha se sitúa a la altura de tercer ojo; puede tocar (sin apretar) o estar a distancia de la piel. El índice y el medio apuntan hacia hacia el Cielo, el dedo anular y meñique hacia la Tierra.
El dedo pulgar de la mano izquierda está a la altura d el centro del esternón. El dedo índice y medio apuntan hacia arriba y los dos dedos restantes hacia la Tierra. Sonreímos.PrácticaEsta práctica nos conecta con el Amor del Cielo, de la Tierra y con todos los seres humanos. Vivimos los humanos entre el Cielo y la Tierra y nos alimentamos de su Amor. Ahora entramos en resonancia con el Cielo, la Tierra y todos los seres humanos, formamos un campo de energía que nos hace sentir la unión:
En el amor, Cielo, Tierra y humanos somos uno.
En el amor, los humanos con las plantas, los animales y toda la Tierra somos uno.
En el amor, cuerpo, mente a alma son uno.DuraciónEntre 5 y 40 minutos. Podemos combinar con otras prácticas. Si es así, se cierra el ejercicio en función a la última práctica.Cierre de la prácticaColocamos nuestras manos sobre el ombligo, las mujeres, la mano derecha por debajo y la izquierda para los hombres. Masajeamos el Dan Tian, moviendo nueve veces las manos en dirección de las agujas del reloj, y nueve veces en la dirección contraria. Abrimos los ojos.
Después de masajear el Dan Tian, calentamos las manos, frotándolas juntas, y “lavamos” la cara: con ambas manos mediante círculos que se inician en la barbilla en dirección ascendente por la parte externa de la cara hasta que los dedos rozan la frente y descendemos por el centro de la cara hacia la barbilla repitiendo este movimiento 18 veces.
Entonces, da golpecitos suaves en los dientes 36 veces.
Para terminar llevamos las palmas de las manos juntas delante del pecho y damos las gracias al Cielo, a la Tierra y a todos los seres.